domingo, 19 de octubre de 2008

Capítulo primero

Aquí narra su formación intelectual y la magnífica Verdad a la que tuvo acceso

Me enseñaron de pequeño / que el orden es primordial;
si hay que contar una historia: / del principio hacia el final;
y aunque el Tiempo, por lo visto, / sea cíclico y no lineal,
voy a narrar, sin embargo, / al modo tradicional.

Empiezo por el Principio, / y nunca más apropiado:
hay… no sé cómo decirlo / sin que suene exagerado...
una Fuerza Inenarrable / que el Universo ha creado;
y en todas las criaturas / ha influido (o influenciado).
Todos los átomos vibran / en una misma frecuencia
(hay quien dice que la alfa) / y esto es así a consecuencia
de contar, sin excepciones, / con la misma procedencia;
y esa cosa de vibrar / les queda en reminiscencia.
Todo cuanto existe se halla / en total hermanamiento,
de lo grande a lo pequeño. / Cuanto hay bajo el firmamento
interactúa entre sí, / y nada se encuentra exento;
tú también, lector, no dejas / de ser un simple elemento.
Al encontrarse la vida / en tal interconexión
cualquier acto que se haga / tiene su repercusión;
la vida es una constante / diatriba acción-reacción.
Lo cual, aunque caos parezca, / tiene una motivación.

Es palabra de sabio / y lo dijo Coelho,
con un tono profundo / que da cierta canguelo,
que las cosas terrestres / y las cosas del Cielo,
obedecen a un plan / que eclipsa a Maquiavelo:
el Cosmos se organiza / conforme a una energía
que mueve los planetas / y marca el día a día,
por supuesto dispone / la meteorología
ajusta tu fortuna / y aun tu psicología.
Hay una Providencia / que regula tu suerte
y concatena todo / para favorecerte
o para perjudicarte. / Nada es por accidente.
Hay un Plan, en resumen, / Divino de la muerte.
Todo cuanto nos sucede / cumple con un cometido;
hasta lo más nimio guarda / su razón y su sentido;
si uno en la ruleta juega / su sueldo, y el sueldo es ido,
no es mala suerte, es señal / que para el curro ha nacido.

No sentían el designio / los griegos con tanta unción
como en estos nuestros tiempos / de la globalización;
escrita está en las estrellas / toda nuestra condición;
por constar, consta hasta nuestra / base de cotización;
y todos los Accidentes / que nos puedan Afectar
una Mano en el Gran Libro / se Encargó de Consignar
(dicho sea todo en versales, / para mejor resaltar
la importancia de este Ente / que Coordina nuestro Azar).

Castaneda, Krishnamurti, / y el de la perilla cana,
en sus libros nos enseñan / cómo esta energía mana,
fluye, corre, se disgrega, / hay veces que se empantana;
no se crea ni se destruye: / se aplica tarifa plana.
Algunos, sin embargo, / de mente prodigiosa,
son capaces como el / que no quiere la cosa
de conectar con dicha / energía nebulosa
y disfrutar de una / experiencia religiosa:
sentados en el suelo, / en grácil posición
(la postura del loto), / todos diciendo: “ohmmm”,
de pronto sufren tal que / una transverberación
que les deja contentos, / salvo alguna excepción.
Dicen que, en tales casos, / estos iluminados
(rodeados por un aura, / cual los santos pintados,
símbolo de energía / y de poder desatados)
ascienden de dimensiones, / de pronto, unos cuantos grados
y se hallan entonces, voila, / en franca disposición
de dirigir la energía / a plena satisfacción.
variar el albur, trocar / la suerte en la dirección
que más les convenga. En suma, / lo que es adaptar el guión.

Para obrar de esta manera / hay que estar muy preparado;
uno piensa, por ejemplo, / que ya es un iluminado
que interviene en el azar, / que lo tiene controlado,
juega, pues, a la ruleta / su sueldo, el sueldo es marchado…

Todo cuanto ocurre, en suma, / responde a una Idea Suprema
que los hechos organiza / en virtud de cierto esquema,
lo cual, oh asalariado / de impaciencia ya extrema,
no digo sea bueno o malo, / sólo digo: así está el tema.

¡Y cuán cierto es, y ya acabo, / lo que afirma el brasileño:
que si alguien pretende algo / y pone todo su empeño
el mundo se confabula / para que cumpla su sueño!,
porque era leer estas cosas / y caer luego como un leño.

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